Por Ana Clara Morel
El color es uno de los temas que el diseño no puede dejar de conocer. Nos produce diferentes sensaciones y sentimientos causada por la luminosidad; además está involucrada nuestra representación generada por nuestra forma y estilo de vida. Es así que cada uno de ellos nos causa significados diferentes.
Rojo:
Nos despierta sensación de pasión, calidez y energía entre otros tantos. Es un color intenso con lo cual se podría contrastar con colores neutros como el gris, negro o blanco en donde le darán un espacio de elegancia y sobriedad.
Está asociado al cielo y al mar; nos transmite serenidad, plenitud y también sensación de frialdad. Para generar equilibrio en el ambiente lo podemos combinar con el verde y marrones dándole armonía y estabilidad.
Verde:
Generador de frescura; simboliza la naturaleza y el crecimiento. Muy utilizado en la decoración para crear espacios cálidos y acogedores. Además puede combinarse con cualquier otro color sin perder armonía.
Marrón:
Representa la masculinidad y sensación confortable. Asociado a la estabilidad; y en la decoración utilizado generalmente en pequeños espacios. La tonalidad de los marrones, como el beige o el ocre nos ofrece más oportunidades al momento de decorar.
Amarillo:
Con mucha vibración y carga energética nos realza el estado anímico. Otorga luz a los espacios y ambientes con poca iluminación.
Blanco y el negro:
Son colores neutros y siempre están presentes en cualquier ambiente.
El blanco es utilizado de base para cualquier ambiente; combinable con cualquier color, y su significado es el de la pureza y simplicidad.
El negro generalmente es asociado a una forma negativa, y genera sensación de pesadez.
En los últimos tiempos muchos decoradores se animaron a “sacarlo a la luz”, es decir comenzaron a implementarlo en todos los ambientes generando un contraste con los demás colores.